www.cubodedonsancho.org: TRIBUNA ABIERTA.



ADMINISTRACIONES, DISCRIMINACIÓN Y DESPRECIO.
 
 
    Periódicamente un numero considerable de ciudadanos se examina para oposiciones del Estado y así obtener un puesto de trabajo en las administraciones públicas, es decir, un trabajo permanente que les permita desarrolla una vida digna sin sobresaltos y sin las lacras permanentes del sector privado (largos horarios, trabajos precarios, sueldos de risa, acoso moral y físico y un largo etc., que muchos conocemos de primera mano.).
    Se supone que en una Democracia, en España desgraciadamente nunca la ha habido, que todos los ciudadanos, independientemente del lugar de nacimiento, clase social o estado debe tener unos derechos básicos que les haga posible realizar un determinado proyecto de vida, esto incluye unas condiciones laborales dignas, trabajo estable, horarios adecuados, sueltos aceptables y un nulo acoso moral y físico de la persona.
    Pero siendo el sistema que promueven los agentes principales de dirigir cualquier nación (políticos, educadores, empresarios, etc.) los que no aprueban tienen que buscarse la vida, ya sea seguir opositando indefinidamente, con los años perdidos en el intento, o hacerse un hueco en el sector general de la mayoría, sector privado, sujetos a las leyes SALVAJES del mercado mencionadas anteriormente. Con esta situación se genera una discriminación contra el ciudadano que queda fuera de los "aprobados" dividiendo la población ciudadana en dos clases: de primera, aquellos que han podido acceder a una vida resuelta por el sector público en todas sus dimensiones, y los de segunda ciudadanos donde la vida tendrá altibajos permanentes influyendo notablemente en todos los demás aspectos, imposibilidad de formar familia o tener una vivienda son los más graves.
    Es hora de presentar batalla ante este tipo de DESAHUCIO FORZOSO cuando sabemos perfectamente que una alternancia en los puestos de dichas administraciones pueden evitar la exclusión, la marginación y otras lacras parecidas, no es justo que quienes se preparan constantemente para realizar un trabajo, por culpa de exámenes, pospongan una y otra vez su entrada en el mercado laboral estatal, sobre todo si las condiciones de preparación son adecuadas, cuantos de éstos que se presentan son traicionados por los "nervios" u otras causas.